viernes, 1 de junio de 2012

Cuba de fiesta por Día Internacional de la Infancia




   

 "Cuba es el paraíso de la niñez y el mundo debería mirar más hacia este país, del cual tiene mucho que aprender", ha dicho más de una vez José Juan Ortiz Brú, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en la Isla.

Vivimos orgullosos de lo que hemos construido para nuestros niños y niñas y de lo hecho para preservar esa edad dorada que es la infancia, y es legítimo el orgullo, especialmente porque este paraíso no está en la culta Europa o la Norteamérica rica; sino en un país pobre, pequeño y sitiado del Sur.

Pero, cuidado, que la satisfacción no nos lleve a la complacencia fatua ni a creer que, puesto que el Estado trabaja, soluciona, garantiza y vela, podemos simplemente dejarlo todo en sus manos y dormirnos a piernas sueltas en los laureles, en primer lugar porque en Cuba socialista el Estado somos todos, cada uno de nosotros es la Revolución.

Nadie puede desentenderse de la educación de un niño, de su atención, desarrollo y bienestar material y espiritual: ni la familia, ni la escuela, ni la comunidad, ni la sociedad y sus instituciones, ni ninguno de nosotros, porque, definitivamente, en algún momento todos influimos y hasta podemos inclinar la balanza, para bien o para mal.

Celebremos, pues, este primero de junio, que sobradas razones tenemos en este bastión de la esperanza conquistada y la infancia protegida, pero reflexionemos, también, y pongamos juntos manos a la obra, para alcanzar por y para cada niña y niño toda la felicidad y el sueño posibles de una sociedad cada vez mejor, más justa, solidaria y plena.
Por María Elena Álvarez Ponce (AIN) foto Idael Varela Ferrer

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