No solo es importante la ayuda económica que traen a Cuba, sino todo el amor y la solidaridad que compartimos, aseguró Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón Labañino. Asimismo, recordó la primera Caravana, que nos visitó en 1992, un año muy difícil para los cubanos.
El estadounidense Bill Hill, que ha venido en 22 Caravanas, aseguró que hay mucha gente en Estados Unidos preocupada por el caso de los Cinco, y que no descansarán hasta que regresen a la Patria.
Por su parte, Gail Walker, hija del reverendo Lucius Walker, preguntó a los familiares qué más podían hacer para ayudar a que el caso se conozca dentro de Estados Unidos.
En ese sentido, Tony González, hijo de Antonio González, destacó la importancia de las redes sociales para romper el silencio sobre el tema, y Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, hizo un llamado a los caravanistas a trabajar en sus comunidades, con los congresistas de cada distrito, para exigir respuestas.
Participaron también Rosa Aurora Freijanes, esposa de Fernando González, y Mirta Rodríguez, madre de Antonio.
Asimismo, estuvieron presentes el reverendo Raúl Suárez, director del Centro Memorial Dr. Martin Luther King; Caridad Diego Bello, jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central; el doctor Rodrigo Álvarez Cambras, director del Frank País; Joel Ortega Dopico, presidente del Consejo de Iglesias de Cuba; miembros de la Casa de las Américas de Nueva York; y líderes de denominaciones religiosas.
Más tarde, de la mano de Armando Hart Dávalos, la Caravana recibió el reconocimiento "La utilidad de la virtud", máxima distinción que otorga la Sociedad Cultural José Martí a personalidades e instituciones destacadas en la labor de promoción, divulgación y defensa de los fundamentos de la nación cubana.
Dalia González Delgado
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