Raúl Castro Ruz
y la delegación que le acompaña fueron recibidos de manera oficial esta
mañana en una emotiva ceremonia realizada en el Arco de Triunfo, uno de
los monumentos más significativos de París, en cuya base se encuentra
la Tumba al Soldado Desconocido.
Hasta allí llegó el General de Ejército, en una mañana nublada y de
bajas temperaturas, para colocar una ofrenda de rosas blancas, luego de
escuchar los himnos de ambas naciones y pasar revista a las tropas de la
Guardia Republicana.
Junto a la ministra de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía,
Ségolène Royal, Raúl guardó un minuto de silencio frente al panteón
sobre el que reza la inscripción: “aquí yace un soldado francés, muerto
por la Patria 1914 – 1918”, y firmó luego el Libro de Oro, donde dejó
escrito: “Honor y gloria a los que murieron en la defensa de la Patria,
con nuestra admiración y respeto”.
La Tumba, construida en 1920 debajo del Arco de Triunfo, es la
segunda que se crea en el mundo, luego de la inglesa, y mantiene viva
una tradición que nació al finalizar la I Guerra Mundial para honrar a
los caídos en combate sin identificación.
Momento conmovedor de la mañana resultó el saludo del Presidente
cubano a una veintena de antiguos combatientes, que estrecharon su mano y
le dieron la bienvenida a esta nación.
Al concluir la ceremonia, el auto que condujo al General de Ejército
fue escoltado alrededor de dos kilómetros a través de la Avenida de los
Campos Elíseos hasta la Plaza de la Concordia por una formación de 144
soldados a caballo, pertenecientes a la Guardia Republicana, tradición
que se ha mantenido casi inalterable desde el siglo XIX.
El Presidente cubano
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