Iban por la calle Libertad. Nombre impropio en los últimos mayos
porque unos cientos desfilan exigiendo sus derechos, pero otros cientos,
muchos más, se detienen a juzgarlos. Todo ocurre en la misma calle de
los prejuicios donde, supone la mayoría, marchen solo los homosexuales y
quienes los defienden, que han de ser, suponen también, homosexuales;
algunos que se atreven, como mínimo, a parecerlo; y los organismos que
apoyan la inclusión en Cuba aunque la teoría no les alcance para incluirse en la conga.
Pero alejados de todas las suposiciones (tristemente ciertas para
muchos) esta mañana se impuso una verdad: marginamos gente, mientras
condenamos su orientación sexual. Declaramos sin querer que el amor al
otro merece disimulos, reparos y, paradójicamente, condenamos a quienes
se niegan al engaño y terminan excluidos, exhibiendo su intimidad como
cartera de presentación en un mundo que los ha obligado a visualizarse
después de arraigadas negativas.
Hoy, en un día simbólico
donde la lucha contra la homofobia es una marcha, un cartel, una
bandera, una pose... unos se fueron a desfilar. Otros, expectantes,
seguían sin comprender que la libertad no entiende de sexo ni
orientaciones. Presos andaban de prejuicios.
http://www.invasor.cu/criterios/13463-los-prejuicios-tambien-desfilan-en-ciego-de-avila
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