A
Gilberto García Alfonso lo vi por primera vez ayer. Pero sentí esa rara
impresión de conocerlo de siempre. Quizás porque su rostro deja que te
le adentres, y de los ojos se le escapa la nobleza de quien no cree
merecer ritos.
Gilberto
García Alonso, uno de los expedicionarios del Granma, protagonista de
la guerra revolucionaria está por estos días en Ciego de Ávila y, antes
de que julio llegue, ha venido a compartir en el terruño su historia,
que es también la nuestra.
Oírle
hablar del Moncada, de la travesía del yate en que vino con los hombres
que libraron la Patria, escucharle decir de hazañas y proezas que no
están olvidadas, con sus ojos que ya vieron y sus manos que ya hicieron,
es privilegio e incentivo al mismo tiempo.
Sin
sacudirse el polvo del camino llegó a mi provincia, y en el saloncito
de la Universidad de Ciencias Médicas, con algunos profesores y
estudiantes de primero y segundo año, tuve la oportunidad de ver de
cerca a unos de los eternos jóvenes de la generación del centenario.
Y
uno a veces no sabe que decir cuando tiene a quema ropa a un hombre que
ha visto y hecho tanto. Y uno se siente agradecido otra vez y más
comprometido.
Su
presencia es un regalo que Ciego de Ávila recibe cuando se acerca el
Día de la Rebeldía Nacional, cuando julio toca a las puertas para
recordar una vez más la gloriosa historia del pueblo cubano y su
tradición de rebeldía y justicia.
http://www.radiosurco.icrt.cu/en/16-noticias/sociedad/5483-junio-y-su-sorpresa
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